sábado, 17 de noviembre de 2018

Quinto día ( 09.10.2018): glaciales Balmaseda y Serrano

El día amanece claro
La noche está llegando, pero hay luz suficiente.


Y aquí está el Volcán Osorno, ante nuestros ojos. Fue una gran suerte


Como decía ayer, las vistas desde la ventana, eran sorprendentes. La luz se escondía, pero se podían intuir montañas al otro lado del lago.
Y así fué, Al levantarnos y mirar por la ventana, la imagen del volcán Osorno nos dejó sorprendidos, así como la vista de otras montañas y volcanes, de cuyos nombres no me acuerdo. Pero el recuerdo aun lo tengo vivo en mi mente. Salí enseguida. Hacía mucho frío, pero la satisfacción pudo con el frío.
Llegó el autocar y nos dirigimos al muelle de Puerto Boríes, que fue un complejo frigorífico a principios del siglo XX.



Una vez embarcados, navegamos por las aguas del fiordo Última Esperanza, como una hora y media para llegar a ver un asentamiento de Cormoranes, y nos detuvimos para hacer unas fotos.



 No muy lejos, el barco se acercó a una cueva donde dormitaban cinco o seis Lobos Marinos, que parecía que estaban para la foto., porque no se movían.



El día era luminoso y soleado, pero con el movimiento del barco, hacía mucho frío. Sólo algunos valientes nos quedamos fuera parta disfrutar y fotografíar el paisaje, que miraras donde miraras, te encontrabas con las montañas nevadas, el color esmeralda del agua...un verdadero placer disfrutar de la naturaleza.




 Algunas cascadas nos deleitaban con sus aguas cayendo al fiordo. Alguien comentaba que en lo alto de esos acantilados anidan los cóndores...pero no vimos ninguno. Y por fín llegamos al primer glacial, el Glacial Balmaseda.






Color azul, hermoso. No me cansaba de hacer fotos. Aunque luego solo he escogido algunas. Y una pena ver como la lengua que llegaba al fiordo, está vacía. Éste glacial, como casi todos está en retroceso. Pero la belleza no hay quien se la quite.
Una vez visto , seguimos hasta el muelle Puerto Toro, en el que por fín atracamos (después de casi 4 horas embarcados), para ir a visitar el otro glacial. Y para ello hicimos una pequeña ruta de unos 900m. y como de media hora de camino.





Y como no había prisa y dentro del grupo había algunos que caminaban mas despacio, tardamos en llegar unos 45 minutos. Claro, a todos nos interesaban las fotos...El camino es cómodo con puentecillos y barandillas de madera, hasta llegar al mismo pie del glacial Serrano. Que habiendo visto el anterior, ya no llamaba la atención. Si llamaba la atencion la cantidad de trozos de hielo, en teoría icebergs, que había en toda la zona. Y curiosamente vimos cómo tres embarcaciones se deslizaban desde la base del glacial hasta el pequeño muelle.


Y como en el barco estaba previsto tomar una bebida (whiski) con hielo del glacial, pensamos que habían ido a buscarlo. jajaja..
Nos dimos el paseo por otro sendero distinto, para llegar de nuevo a coger el barco. Y fuimos a comer a un lugar típico de asados llamado Estancia Perales.





Y después, a embarcar para volver Puerto Boríes y de ahí al hotel.




Como era pronto, salimos a dar un paseo por Puerto Natales y tomamos un café.

Casa consistorial de Puerto Natales

Iglesia de los Salesianos

Interior de la Iglesia de los Salesianos,.

Una réplica del oso Mylodón, muy significativo en Puerto Natales


Después, cena y a dormir, que estábamos cansados.

Una jornada de mucho viaje en barco, pero que merece la pena por visitar ambos glaciales.
Y mañana, se presenta uno de los días importantes : visita al parque de las Torres del Paine.

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