La belleza de estos valles es innegable. |
El día 15 de Mayo 2013, después de comer y sin dejar de llover, nos subimos al bus para ir a visitar tres lugares hermosos: Caldes de Boí, Erill la Vall y Barruera. Sin la lluvia, seguro que habríamos disfrutado mucho más.
Del tal manera cayó agua, que en el último pueblo, Barruera, hubo personas que tuvieron que secar los zapatos/botas en los secamanos de las cafeterías y cubrirse los pies con bolsas de plástico.
Pero comencemos con Caldes de Boí.
Este lugar es un balneario al cual teníamos ganas de ir. Y casualmente en esta excursión conocimos los alrededores. Este balneario español, de origen romano, está situado en el Vall de Boí y a la orilla del río Noguera de Tor.
En el balneario, las aguas brotan de 37 fuentes diferentes, cada una con una composición y temperaturas distintas y son utilizadas para tratamientos de enfermedades cutáneas y reumáticas.
Su entorno es precioso : árboles, verde, aguas rápidas, fuentes...una delicia... pero insisto, mucho mejor sin la lluvia.
Una vez terminado el paseo, volvimos al bus para ir a Erill La Vall,
que es una población asentada en la falda del pico Erill. Su iglesia parroquial se llama Santa Eulàlia
y pertenece al románico-lombardo de la zona, fue declarada junto al resto del conjunto románico de la Vall de Boí, Patrimonio de la Humaniadad por la UNESCO, en noviembre de 2001. En su interior podemos admirar una copia de la imaginería románica policromada, que representa el descendimiento de Jesucristo.
Las piezas originales se exhiben en el Museo Nacional de Arte de Cataluña, igual que sucede con todos los frescos que fueron arrancados de las paredes de todas estas iglesias románicas del Vall de Boí.
Su centro de interpretación gestiona el conjunto de iglesias románicas del mencionado valle. La museografía ambientada con unos libros de grandes dimensiones está concebida desde una óptica lúdica y pedagógica con la que el centro pretende. Y en un video se puede observar como nacieron todas estas iglesias.
Y una vez terminada esta visita, fuimos hasta Barruera.
Aquí solo pudimos ver su iglesia y guarecernos de la insistente lluvia, para tomar un café
Una vez secos y reconfortados con el café calentito, regresamos a nuestro hotel en Port de Suert.
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