Salimos dispuestos a disfrutar muy temprano. No eran las 7 de la mañana, aun de noche, cuando esperaba tranquilo y con un poquito de frío a que llegara el autobús. Me recogen unos minutos después y así evito ir a Salamanca y me ahorro unos 40 minutos.
Paramos a tomar café ya cerca de Guarda. Estaba cerrado el café y nos encaminamos a un polígono industrial, donde sí disfrutamos de un tiempo de café y churros. Bueno, ni que decir tiene, que al poco de comenzar el viaje y dentro del autocar, aparecieron los compañeros con las bolsas de churros recientitos y las botellas de varios tipos de aguardiente. Para mí, no eran horas. Los churros sobrantes, son los que luego tomamos con el café. Me dí un paseito por el polígono, las empresas se desperezaban y el sol también. volvimos al bus, ya camino de nuestra primera aldea: Penha García,
en la que disfrutamos de sus empedradas calles adoquinadas, sus cuestas, su castillo.
El Castillo de Penha Garcia se cree que su edificación fue iniciada con D. Sancho I, y que fue donado por D. Afonso II a la Orden de Santiago sobre el año 1220. A partir del siglo XIX, esta edificación militar se fue degradando, y actualmente tan sólo restan algunos fragmentos de sus murallas bien conservadas. Este castillo está unido a una leyenda que cuenta el rapto de la hija del gobernador de Monsanto, D. Branca. El secuestrador que fue perseguido por el padre de la joven, quien al final acabó capturandolo, y fue condenado a pena de muerte; pero D. Branca hizo un llamamiento a favor del perdón del secuestrador, y la pena de muerte fue rebajada por una condena en la que se le amputó un brazo. Según cuenta la leyenda, el mutilado continúa vagando por las torres del castillo. Os puedo asegurar que yo no lo ví.
De sus gentes no porque era temprano (para ellos las 9 de la mañana). La subida al castillo, a lo que queda del castillo, empinada y con escaleras. Desde arriba unas vistas grandiosas, incluso de un embalse CON AGUA (la sequía azota a la península ibérica).
Descendimos del castillo y nos encaminamos a la ruta de los fósiles .
En ella encontramos unos lugares preciosos, llenos de encanto, con los edificios de los molinos, con tramos de madera, lugares para sentarse y descansar ( nosotros tambien a reponer fuerzas). Un paisano nos abrió el molino, la casa del molinero y un pequeño museo con los fósiles encontrados.
Continuamos la ruta que duró unas dos horas a través de naranjos, limoneros, pequeños arroyos, para llegar de nuevo al punto de partida.
Subimos al bus y seguimos camino hasta Monsanto.
Un pueblo entre grandes rocas, digno de ser visitado, Toda la zona es granítica, pero esta aldea, especialmente. Algunos decidimos subir hasta el castillo y recorrer el precioso pueblo, mientras otros hicieron una ruta un poco mas larga, pero que acabaron también en el castillo.
patio del Castillo |
Iglesia del castillo |
Interior de laIglesia del castillo. |
Y antes de subir al autobús para ir a Idanha Nova, nos sentamos a disfrutar de una cervecita para reponer líquidos después de la ascensión y antes de comer.
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