sábado, 21 de febrero de 2015

Senderismo: desde San Felices de los Gallegos a Sobradillo.



El pasado día 19 de febrero, jueves, habíamos sido convocados por la Asojubiduero, para realizar una ruta de senderismo. Y yo acudí a la que ha sido mi segunda participación con este grupo de senderismo, una de las actividades de la Asociaición de Jubilados de Caja Duero.
Todo comenzaba el día anterior con la preparación de la mochila y ropa para llevar, porque suponía que haría frío. Tan solo -4º. Tuve que rascar el hielo del coche para poder moverlo. La hora de despertarme fueron las 6,30h ya que tengo que trasladarme y aparcar el coche. Llegué cinco minutos antes y ya los compañeros habían  comenzado a subir al autobús. Yo llevaba cuatro capas de abrigo, así que me quité una para subir al autobús. Mi palo y mi mochila, se quedaron en el maletero del bus. "Chicos y chicas" estábamos contentos en esta mañana fría. Todo eran saludos y buenos deseos. El bus comenzó a moverse y antes de salir de Salamanca, recogimos a dos que viven en el camino. Y en el camino no faltaron los churros calentitos y la copa de aguardiente o vino dulce, a elección. Y viajamos hasta Vitigudino, donde paramos a tomar café y provisionarnos de pan para los bocatas. Allí recogimos también a otro participante, Antonio, puesto que vive allí. Y ya todos juntos, continuamos camino hacia San Felices de los Gallegos que es un municipio salmantino y uno de los pueblos destacados del parque natural Arribes del Duero, donde fue recostruida la Torre del Homenaje del antiguo castillo.

Comienza la andadura

Torre de las Campanas (San Felices de los Gallegos)

Entrada al castillo, primer recinto amurallado de San Felices.

Puente romámico que atravesamos al salir de San Felices

Torre del castillo y actual centro de interpretación.
Y aquí comenzó nuestro sendero, después de la duda de qué camino era el correcto, por el sendero GR14, en dirección a Ahigal de los Aceiteros, donde algunos ya dieron por finalizado su paseo y se quedaron a disfrutar y ver una almazara de aceite ecológico, fueron invitados a una cata de aceites y les regalaron unas botellitas con ese jugo preciado. Ellos, volverían en el bus hasta Sobradillo.

Caminante, no hay camino. Se hace camino al andar

Decidiendo quién se queda, quien se va y por dónde se va.

Una vez decidido, continuamos por la Ermita del Humilladero


 El resto atravesamos el pueblo y a la salida, frente al cementerio donde se encuentra enterrado el que fué gran torero salamantino Julio Robles, de nuevo nos volvimos a separar. Unos cuantos se fueron por un camino hacia el mirador de las monjas y el resto, la mayoría, y despues de comer el bocata,


 continuamos camino hacia otra lacalidad denomindada La Redonda. Caminamos por carretera sin tráfico alguno y llegamos a La Redonda, donde tuvimos que preguntar el camino hacia Sobradillo.


Entrada a La Redonda, con una bonita vista


De nuevo dilucidando qué camino seguir.

 Una vez tomada la decisión y después de cambiar impresiones con un hombre del lugar que creo que era el alcalde, continuamos camino hacia nuestro destino. El camino era fenomenal, ancho y seco, con algunas elevaciones. Y así, sin  ninguna incidencia que relatar, cada uno caminando al lado de quien quiso compartir, llegamos a Sobradillo.

Y ya tenemos Sobradillo a la vista, 15 km. después.

El Ayutamiento y la Iglesia, enm la Plaza

A la entrada, un crucero delante de la ermita.

Torre del homenaje, reconstruida, del castillo que existió en el mismo lugar.

Una hermosa portada de la Iglesia

Otra mirada a los soportales del ayuntamiento, con el bar al fondo.

Fueron cerca de 16 km de disfrutar de la compañía y del buen tiempo. Porque no había otra cosa. Era un camino aburrido, llano, sin árboles, amarillo por el tiempo y pudimos ver dos parejas de caballos y unas ovejas.
Una vez llegados a Sobradillo, algunos después de cambiamos de ropa, fuimos a la fábrica de quesos El Abadengo donde el que más y el que menos hizo su compra de este rico queso. Según íbamos terminando nos acecamos al bar en la Plaza y tomamos unos refrescos, cervezas y esperamos hasta que llegaron los del último grupo y terminaron tambien de la compra de quesos. A las 15,15h. salíamos de Sobradillo para comer en Lumbrales en el restaurante El Rincón Charro, de cuyo menú, lo mas importante era el rabo de toro guisado. Los que lo comieron , salieron satisfechos. Otros, sin embargo, no quedamos contentos con el lugar, hasta tal punto que nunca lo recomendaríamos a nadie.  Pensamos que también es importante una buena atención y agrado, cosas que echamos de menos.


Una vista del parque y la torre de la Iglesia.

Casa del Conde, cerrada en ese momento

Plaza mayor de Lumbrales

La  Casa del Conde,  vista trasera. Y el verraco.

Interior de la Iglesia de Lumbrales

Impresionante portada y torre de la Iglesia.
Y claro, como era un restaurante, no permitieron las partidas de cartas, así que los interesados tuvieron que irse a otro lugar. Y los que no, nos dimos un paseo por el pueblo, hasta la hora de salida del bus, que quedó establecida a las 18h. Así que, sobre las 19,30h. estábamos de vuelta en nuestra ciudad.
Y ahora a esperar el próximo reto el mes que viene y posiblemente por Las Hurdes.

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