Y ahora
Ruta de Senderismo: El Valle de Iruela
El valle...y al fondo el embalse |
La ciudad abulense nos recibió
con frío y coches helados, Y sobre la ciudad una masa nublosa, que con el sol
naciente le daba una sensación fantasmal. Y como el pan lo llevaban en el bus,
no perdimos más tiempo y nos encaminamos hacia el Tiemblo. Allí recogimos a
otros dos compañeros .
Ávila entre nieblas y conel sol naciente. |
El bus, ¡pobre bus nuevo! nos subió hasta el aparcamiento de El Castañar. ¡
Qué camino de cabras, qué baches y qué curvas!. Seguro que el conductor, a
pesar de los aplausos al subir y al bajar, no estuvo muy contento. Pero nos
subió hasta el punto de inicio de la ruta. El tiempo fue espléndido de
principio a fín.
Comenzamos a caminar y “siempre hacia arriba”. Llegamos al área recreativa de La Barranca, paramos a comer el bocata y continuamos, hacia el Pozo de la nieve.
Algunos decidieron darse la vuelta y volvieron caminando al aparcamiento.
Comenzamos a caminar y “siempre hacia arriba”. Llegamos al área recreativa de La Barranca, paramos a comer el bocata y continuamos, hacia el Pozo de la nieve.
Algunos decidieron darse la vuelta y volvieron caminando al aparcamiento.
Y seguimos subiendo, con calor y
las piernas se iban tensando. Se formó una larga fila pero todos llegamos a la
meta. El Pozo de la Nieve Un pozo
sorprendentemente grande, oscuro y profundo.
Descansamos un poco de la subida y comenzamos la vuelta, ya en descenso. En un momento dado, nos confundimos de dirección, pero “los sabios” rectificaron enseguida. Seguimos bajando hasta llegar a ver el Abuelo, un árbol centenario, seco pero ya con hijos y que sigue en pie.
Muy cerca estaba el refugio, con la sorpresa que las paredes y techo estaban decoradas. Y después de otro buen ratito de camino, llegamos al aparcamiento, donde nos esperaba el bus y los compañeros que se volvieron.
Montamos y derechitos al restaurante. Nos dieron bien de comer, aunque con algunas escaseces, porque es lógico que si tenía muchos platos para escoger, no podía tener de todo para todos. Cafés, chupitos, partidas…Y a las seis de nuevo al bus para la vuelta a casa.
Descansamos un poco de la subida y comenzamos la vuelta, ya en descenso. En un momento dado, nos confundimos de dirección, pero “los sabios” rectificaron enseguida. Seguimos bajando hasta llegar a ver el Abuelo, un árbol centenario, seco pero ya con hijos y que sigue en pie.
Desde atrás se puede observar el gran hueco en el que entran muchas personas. En este caso, dos compañeros puestos para la foto. |
Ahora son los compañeros de Ávila, los preparados |
" No subáis a Mí...Soy viejo, centenario y quisiera vivir muchos años. Gracias. El Abuelo. |
Muy cerca estaba el refugio, con la sorpresa que las paredes y techo estaban decoradas. Y después de otro buen ratito de camino, llegamos al aparcamiento, donde nos esperaba el bus y los compañeros que se volvieron.
Montamos y derechitos al restaurante. Nos dieron bien de comer, aunque con algunas escaseces, porque es lógico que si tenía muchos platos para escoger, no podía tener de todo para todos. Cafés, chupitos, partidas…Y a las seis de nuevo al bus para la vuelta a casa.
Un día agradable, con una ruta
buena, aunque en algún momento, muy exigente, y corta, a mi parecer, en
recorrido. Aprox. 11 km .
Pero por lo demás, nada que objetar. Sólo agradecer a los componentes de la junta
que lo hacen muy bien y al compañero José Luís, de Ávila, que ha sido el que
preparó la ruta.
Y así…hasta la próxima.
Hoy, 22